Señor José Pablo Feinmann:
En primer lugar me gustaría pedirle que por favor, si no es mucha molestia, controle línea por línea mi pésima prosa. Quizás la gente que lee tiene miedo de quejarse de lo mal que se escribe en el blog (que no es blo”c”, para eso existe el bloc de notas en Windows) y vuelve a entrar día tras día.
Por otro lado, creo que las declaraciones que hizo acerca de los blogs fueron un grueso error, no sólo por la forma en que lo dijo, sino también por generalizar demasiado un plano que usted debe conocer como yo de autores de filosofía (salvo Platón y Maquiavelo). Bastante menos que poco.
También habría que definir lo que es un “boludo” para usted. Es posible que muchos habitantes de la República Argentina seamos boludos por haber votado a una presidenta autoritaria; o boludos porque miran a Tinelli en vez de dedicarle media hora de sufrimiento a autores que usted ama e idolatra.
Siempre que se habla mal de otra persona o grupo de personas sin fundamento teórico me sale una frase que tiende a sintetizar un poco el asunto: la gente que habla mal de otros lo hace porque nunca pudieron hablar bien de sí mismos. ¿No le estará pasando algo similar?
Pero volvamos al tema principal: los blogs. Sinceramente pienso que, por lo menos, debería haberse mirado al espejo antes de decir semejante frase… por lo menos para experimentar lo que se siente ser llamado “boludo”, sabiendo todo el empeño que se le pone a un sitio o blog.
Y, ya que estamos, paso a darle una clase de blogging. En general los boludos como usted, poco informados, tienden a generalizar la clase de blogs que hay dispersos por Internet. Los hay personales (que pueden ajustarse perfectamente a sus declaraciones) y otros que se alejan tanto del anterior estilo que hasta usted quizás entró a uno sin siquiera saberlo.
Para “levantar” un buen blog es necesario, además de escribir bien y de mantener una prosa intacta, tener conocimientos variados en programación (ya sea HTML, CSS, Javascript, PHP), asegurar una confianza mutua lector/escritor y mantener la periodicidad de las actualizaciones. Ah!, ya me olvidaba, el dinero también es necesario.
Entonces, señor José Pablo Feinmann, no le voy a pedir que se retracte porque sujetos como usted generalmente tienen el ego muy arriba como para bajar de la palmera, pero sí me gustaría que aclare definitivamente para qué clase de “boludos” iba dirigido el mensaje y que, desde ahora, trate de cuidar mejor sus palabras (¿o tengo que decir PROSA?).
Cristian Schnider / Santa Fe Capital / 03 de junio de 2008
