Muchos de mis amigos consideran que gasto demasiado en taxis, y con lo que me cuesta me resultaría muchísimo más rentable el comprarme un carro decente. Lo que mis amigos no consideran es el hecho de que si bien me “gusta” manejar, no soy una persona tan paciente como para soplarme un tráfico pudiendo estar dormido detrás.

Es por eso que me apasionan noticias como estas, cada vez que veo más y mejor desarrollados avances con todo lo que tiene que ver con la industria automotriz con autonomía de manejo, me siento más cerca del sueño de poder simplemente sentarme en el asiento posterior de mi propio auto y esperar que el piloto automático me lleve a destino.

El modelo S de Tesla es lo que parece estarme acercando a mi sueño, y aunque aún está lejos de poder ser lo que ansío, considero que podría estar cerca de poderlo verlo -y tener (si no está muy caro)- antes de morir. Y de momento me basto con lo que pude ver en las pruebas hechas por nuestros amigos de Jalopink, cuando testearon una unidad Testla S.

Tesla modelo S cuenta con un sistema de piloto automático que le permite tener cierta independencia. Equipado con un radar frontal, una cámara de proximidad, 12 sensores ultrasónicos y un sistema GPS, buscan brindarle al “pasajero” una experiencia de viaje que rosa lo alucinante, pero también lo fantasmal.

El auto cuenta con un panel de conductor donde muestra una serie de luces y mapa cuya única función parece ser el mostrar que se encuentra todo funcionando sin problemas, y que más allá de la “magia” hay un complejo sistema de radares que pretenden decirnos “tranquilo, lo tengo todo bajo control”.

El auto es capaz de poner luces direccionales para cambios de carril, acelerar y desacelerar de forma no intempestiva (hasta el límite máximo configurado), girar en curvas amplias y cortas y esquivar autos de forma suave, evitando así posibles colisiones de algún otro colega conductor. El error -si es que lo hubiera- es nuestro.

¿Se comprarían un modelo así? ¿Cuánto estarían dispuestos a pagar? Solo imagínense el recostarse atrás leyendo algo o descansando mientras son cómodamente transportados a su destino. Me tocará solo seguir con este sueño y de paso darme tiempo de ahorrar. Quién sabe, tal vez mi primer auto “real” sea un TESLA.

Etiquetas: