Algunos lo toman como todo un logro, otros como una señal de que algo anda mal con Linux. Sea cual fuere el caso, el kernel de Linux en sí (versión 2.6.2) acaba de sobrepasar las 10 millones de líneas de código. De esta cifra, un 96,39 % está en ANSI C mientras que el resto, 3,32% está escrito en ensamblador y según número de líneas Perl, C++, Yacc, Sh(ell), Lex, Python, LISP, Pascal y Awk.

Para darles otros datos numéricos tendríamos que advertir que de estas 10 millones de líneas, en realidad quedan solo poco más de 6 millones si se depuran los comentarios y las líneas en blanco, además de otras entradas aclaratorias del mismo. Esta depuración ha sido realizada mediante el programa de avid Wheeler, llamado SLOCCount, que viene de (Source Lines of Code.Count).

¿Por qué es probable que algo ande mal en Linux? Tal vez no sea Linux en sí o … tal vez sí. A criterio personal lo he separado en dos enfoques:

Primero, debemos revisar las estadísticas del gráfico y notamos que del total de esas líneas, más del 50% esté dedicado a la compatibilidad con dispositivos, drivers, mientras que el resto se encarga de secciones como la arquitectura, manejador de archivos, etc.

Viéndolo de este modo es probable que Linux, a pesar de su mayor cantidad de adeptos en estos tiempos, no es aún tomado en cuenta por las casas fabricantes de dispositivos, por lo que la misma comunidad de desarrolladores de este kernel (a nivel mundial) tiene que enfocar gran parte de sus esfuerzos a hacer que todo funcione correctamente y sea transparente al usuario.

Segundo, Linux podría tener un problema si de este total de líneas no todo se encuentre optimizado adecuadamente, tengamos en cuenta que solo nos referimos al kernel, y la cantidad de código basura o poco trabajado sea la causa de este gran volumen, que como consecuencia negativa ocasionaría el funcionar como barrera de acceso para que cualquier potencial colaborador se amilane solo al perderse entre la complejidad del volumen de código.

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